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martes, 4 de noviembre de 2014

Nadie dimite en un grupo de criminales

fuck you, lily allen
 
 
En varios posts he estado dando razones por las cuales nadie dimite en la política española. Ni dimiten, ni sanean la corrupción, ni nada de nada. Tampoco dimiten por mentir, ni por errar los cálculos presupuestarios, ni por regalar nuestra soberanía a otros países, a la llamada Troika y a los mercados financieros, y ni tienen vergüenza de verse y oírse en el Parlamento.
 
Hay razones personales de falta de autoridad de Naniano Rajoy, razones ideológicas (la ideología de institución) y hay razones de unidad corporativa o "cupulativa" (de cúpula). Hay razones legislativas por las que "nadie prodá podrá probar que no es inocente". El mismo presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial dice que la legislación está pensada para el robagallinas y no para el gran defraudador.
 
Lo penoso de España, en primer lugar, no es la corrupción. Es la estructura económica y empresarial, el modelo productivo. De ello se deriva la especial gravedad de la crisis. En segundo lugar está su mala gestión y el riesgo de inversiones no asumidos. En tercer lugar está la corrupción sistémica y generalizada. No de balde heredamos la cultura de la picaresca. Y en cuarto lugar está el fraticidio y cainismo todavía coleando en España.
 
Puede haber otro pensar, de mayor profundidad, en la que la corrupción pase a la primera posición, a ser el principal y fundamental problema. No tanto la corrupción sino las razones por las que se posibilita.
 
 
Respecto al sistema corruptor, la raíz la tenemos en el rey JCI, como no puede ser de otro modo. Siendo el máximo responsable, por ley, es absolutamente irresponsable. Este régimen supuestamente democrático que gozamos (/sufrimos) nace con la Transición en el 78. Luego en ese umbral situamos la primera causa. No le haríamos justicia a JCI si no comprendiésemos su complicada situación ya en tiempos de Franco y en la propia Transición.
 
Siento decirlo, pero el rey no tuvo la calidad moral suficiente para poner orden y concierto, nunca mejor dicho, a esa orquesta de instrumentos desafinados. Sus herramientas eran la "campechanía", la "juerga y la diversión".
 
La gravedad de la crisis económica viene de que España es un país de albañiles y camareros. Los albañiles se han ido al paro y no se sabe cuando volverán a tener trabajo. En los años 20 del pasado siglo, en las escuelas enseñaban que "España era un país pobre, agrícola y ganadero". El éxodo rural abasteció de mano de obra a la industria, un sector en auge desde los 50 y desmantelado desde los 80.
 
Justamente hoy, los grandes empresarios salen en los noticieros presentando un plan para crear empleo hasta 2018. Justamente hoy, lunes, después de la semana horribilis para el PP y para el (des)Gobierno de España. Podrían haberlo hecho 6 ó 7 años antes, por ejemplo. ¿Por qué me habrá tocado ser español en esta vida? (es retórica).
 
 
Y en tercer lugar, la nefasta gestión de la crisis se debe a la carga los fracasos empresariales y financieros sobre quienes no son ni empresarios ni financieros. Rescatamos entidades financieras quebradas, apuntalamos negocios financieros fracasados y aseguramos la rentabilidad de decisiones erróneas. Por supuesto que las rescatamos con dinero público, de todos.
 
Hay que asegurar los ingresos a la banca extranjera (sobretodo la alemana) por comprar deuda de estados quebrados. Hay que pagar unos intereses abusivos según marcan los mercados otorgándoles nuestra soberanía. Hay que cubrir la morosidad de préstamos a amiguetes, los abusos de la banca en vender hipotecas, las decisiones políticas faraónicas para mayor gloria del politicucho de turno más votado, el analfabetismo financiero de los responsables de las Cajas de Ahorro y Montes de Piedad, la falta de estudios de viabilidad del sector inmobiliario y del financiero que lo financia (valga la expresión). Etc. etc.
 
Con el agravante de nos mean y nos insultan en la cara: despilfarros, caprichos de lujo, sustracción y evasión de capitales, fraude fiscal, descapitalizar empresas para aumentar las arcas personales, colecciones de coches cochazos, chóferes, mansiones, prebendas, trafico e influencias, saqueo público, "extorsión" a empresarios cuya actividad esté relacionada con el ente público,... y lo que todavía no se sabe o nunca se sabrá. Y para más inri, nuestro Mariano Rajoy agrediendo gravemente a nuestra inteligencia.
 
 
En Valencia, cuando empezó esto de la Gürtel e imputaron a Camps, Betoret y Costa, el PP de la Comunidad Valenciana y el Consell de la Generalitat se creían un buque acorazado imposible de hundir. Ahora los imputados del PP en escaños de las Cortes Valencianas son 2/3 del grupo popular y ahí siguen. Eso sí, ha habido un cabeza de turco: Blasco, cuyo origen es el socialismo y viajó a la derecha para instalarse otra vez en el poder con el PP. Era de la casta pero no de nacimiento.
 
Valencia era modélica para Rajoy y él sigue ese modelo: o nadie cae de los que no deben caer o caemos todos, posibilidad esta última que no conciben. Ahora con Podemos empiezan a acojonarse. Más acojonados cuanto más inmunes se creían.
 
Pero hay un cuarto tipo de razones por las que nadie dimite. Es la degeneración de la lucha entre los dos partidos principales. En España seguimos siendo fratricidas y cainitas. La división de las dos españas se ha agravado en los últimos 10-15 años. Las dos españas que se enfrentaron en la Guerra Civil del 36. Los mismos que cuando era pequeño parecían tener las heridas cerradas, del bando nacional o franquista, se les volvieron a abrir con Zapatero y la Memoria Histórica. Sigo sin salir de mi asombro.
 
Ese vicio se vive dentro de los partidos, pero sobretodo entre los dos grandes partidos PP y PSOE. Nadie va a dimitir de primeras porque empezarían a "dispararse" entre ellos en los juzgados y no quedaría nadie en pie. Así mantienen una tensa complicidad.
 
En el cara a cara Rubalcaba-Rajoy del que analizamos los tics dichosos, se puede ver el juego que llevan entre ellos. Cosa que Rajoy aprovecha para machacar a Rubalcaba. Éste dice la verdad y juega limpio. Sin embargo, es Rajoy quien "gana" el debate con mentiras y malas artes (si alguien quiere verlo, que me escriba).
 
 
¿Queda algo sano en España? No sé. La política, se mire por donde se mire, es un auténtico zombi. Y las instituciones del Estado están todas para el arrastre. En el Tribunal de Cuentas solo emplean a familiares para no hacer nada. El poder judicial lo controlan los políticos y también hay indicios de corrupción. El cabeza de turco ha sido un pobre hombre: el juez Dívar. El hombre tenía la costumbre de cenar en Marbella con su jefe de seguridad. Es decir, le dieron un "navajazo" a este hombre. Etc. etc.
 
Esto es así. No es que sea un cenizo. Es un cambio de régimen: se derrumba el antiguo y veremos lo que aparece.
 
Y acabo. Debería documentar todo esto y desarrollar algunas cosas. Pero esto es lo que hay.
 
Para demostrar la corrupción institucional, corporativa y cupulativa del Partido Popular, nadie mejor que Rajoy para que nos la explique.
 
Os dejo el vídeo de su famosa primera comparecencia a través de un televisor de plasma. Él mismo confirma la contabilidad B, la veracidad de los papeles de Bárcenas, reconoce que cobró dinero negro y alguna perla más.
 
Ah! Y para quien quiera saber lo que piensa Rajoy sobre el proceso catalán, encontrará un vídeo en el canal de Youtube.
 
 

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