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domingo, 9 de noviembre de 2014

Qué es la gestión política y gobernar?

 
Para empezar, inserto el trailer de "La batalla por la no-responsabilidad" que próximamente llegará a las mejores pantallas, las de los mejores internautas. Basada en hechos reales: el caso Ébola.
 
 
Es posible que me salga mejor el trailer que la película. Todo se verá. De momento, publico en este post la quinta entrega temática sobre estos sucesos. Se trataron temas como las mentiras, la (no)transparencia, la (i)responsabilidad, la dialéctica y, ahora, se trata de ver la gobernanza y su gestión política.
 
eternamente inocente, fangoria
 
 
Siendo los hechos susceptibles de ser ordenados en una línea temporal tal como van saliendo caóticamente anoticiados a la opinión pública, la oficialidad genera una versión de cara a la galería que lejos de ser oficial es pura propaganda.
 
Si a veces es difícil mantener la templanza para entresacar los hechos de las noticias, bien porque ningún medio es neutral y aséptico 100%, bien porque el ambiente indignado pueda usar los hechos como armas antes del análisis, nos encontramos que la versión propagandística de la oficialidad (Gobierno de la nación) hace opaca a la versión oficial.
 
¿Cómo se sabe eso si nos es opaca? Sin entrar en consideraciones teórico-filosóficas a cerca del método científico y la epistemología, precisamente al ordenar las noticias sin precipitarse se ve que no cuadran las cosas. Un segundo modo más sencillo sería, si se conoce el modus operandi de los que llegan al poder estando en el poder, valga la expresión, fácilmente se ve si siguen igual de impenitentes. El tercer modo, más simple, es conocer los hechos por la investigación paralela de los periodistas, siempre, eso sí, siendo críticos ante todo, sea oficial u oficiosa.
 
Actitud crítica que no significa poner en duda todo sino saber destilar la verdad de todo ese "mar de tinta" sino distinguir lo que es ensalada, aliño o cocido y dejar pasar el tiempo para que lo precipitado y falso precipite (valga la aparente redundancia) y poderse desechar.
 
De los medios independientes (serios y sin condicionantes financieros o políticos), pequeños y alternativos podemos conocer lo que nadie se atreve a decir. A la vez que los hay sensacionalistas y dados a generar confusión. Esto último suele ser muy favorable a la oficialidad.
 
 
Si con Felipe González aprendimos cómo se puede estar horas hablando sin decir nada, con la llegada a la Moncloa de Zapatero nos dimos cuenta del intercambio de papeles con el cambio de roles de los (dos) partidos del sistema. El manual del buen político es uno, siempre el mismo. En ese manual se definen dos posiciones: la del Gobierno y la de la oposición, independientemente del partido que sea. Por eso, y por otras cosas demostrables con las matemáticas, hablamos del partido único llamado PPSOE (= PP + PSOE), hablamos de corrupción sistémica y acabamos finalmente señalando, como pieza que falta, a la punta de la pirámide, el rJCI.
 
Bueno, si sigo por esa tangente se llega a ver cómo Rajoy ha reventado el juego entre los dos partidos yendo más allá de sus límites. Juego que ellos llaman "democracia en versión española". Por eso decimos: "lo llaman democracia y no lo es" y eso de "democracia real ya!". Etc. etc.
 
Volviendo al hilo, hay un cuarto modo de saber que hay una versión oficial que nos es opaca en contraposición a la versión propagandística de la oficialidad: los errores políticos.
 
¿Por qué no creo en las utopías? Porque impepinable e indefectiblemente siempre, y siempre es siempre, se cometen errores. Siempre!
 
Las utopías siempre tienen una lógica perfecta. Lo que ocurre es que siempre, y siempre es siempre, toda lógica es limitada. Siempre! La perfección de lo que concebimos sólo se da si reducimos la Realidad, si ponemos puertas al campo. Y la Realidad no se reduce porque dejemos de considerarla infinita. Por eso la verdadera ley es la ley del Amor y no la ley de la Razón. Siendo la ley del amor propiamente no-ley, porque ley es obra de la Razón. El verdadero Conocimiento tiene al Amor como fuente y no a la Razón, la Ley o la racionalización.
 
 
Sobre la insostenibilidad de las utopías tenemos multitud de películas que nos hablan de ello. Por ejemplo, "Yo, robot", "Las mujeres perfectas", el mismo "Matrix",... O esas películas en las que se pone en valor lo "imperfecto" en cuanto que se sale de los cánones. O las que nos hablan de cómo finalmente el amor salva cualquier obstáculo o diferencia. Etc. etc.
 
¿Cuál es el error político cometido en el caso Ébola? Todos estaríamos de acuerdo, a estas alturas de la película, en que son varios: la falta de medios debido al recorte presupuestario sumidos en esta grave crisis económica; la improvisación por haber pillado a todos por sorpresa el primer contagio mundial fuera del continente africano; la supuesta ineptitud de la ministra de sanidad para coordinar un operativo de tal envergadura; y el repatriar precipitadamente a dos enfermos de ébola en fase terminal sin prácticamente ninguna posibilidad de cura.
 
Todo ese cúmulo de errores sólo es posible en España. Sería inconcebible pues que no hubieran ceses y dimisiones para asumir y depurar responsabilidades políticas. Y también sólo en España es posible que permanezcan aferrándose a sus cargos los irresponsables.
 
¿Cómo es posible que aparentemente nadie asuma responsabilidades políticas? Sencillamente porque no lo llegan ni a concebir, el algo que no entra en sus esquemas. Para ellos, los políticos no cometen errores; aprenden de las experiencias. Y quienes se juegan la vida son los profesionales y los técnicos.
 
Podríamos decir que "es duro e injusto". Sí, pero es lo que hay. Si alguien ha tenido un jefe "medio politiquero" se hará cargo de la situación. Haber tenido un jefe así es haber estado en una posición privilegiada para ver esos teatros tanto en los ensayos como entre bastidores.
 
 
Pero... no es nada de todo esto, aunque también. El error político no es ninguno de los enumerados aunque en verdad se hallan dado. Porque la política no es lo que estamos suponiendo y considerando.
 
Somos espectadores ante un cúmulo increíble de despropósitos indignantes en donde no hay por donde coger las cosas. ¿Cómo es posible (podríamos insistir)? Pues es bien fácil. Sólo hay que cambiar el concepto de política. Solo que no sea tan fácil cambiar y/o que no sea tan fácil de explicar e ilustrar bien.
 
¿Cuál ha sido pues el verdadero error político? La preocupación buena de la ministra por servir a su pueblo, por ser la única en el PP que se cree esa ingenuidad de la función política. Sí, como lo lees. La ministra es una señora que quiere hacer bien su trabajo. Y por ese error se derrumba la utopía. Porque la política ha pasado a ser otra cosa, si no es que siempre ha sido así.
 
Siempre he pensado que los católicos en medio del mundo son los tontos. No puedo más que reírme al ver ayer a Rajoy reivindicando "la política como la actividad noble que es" (sic) y lavando la cara por enésima vez al partido. Sin hablar de los abrazos de Mariano y Cospedal a Monago (esta imagen da para varios posts y son otro tema).
 
Prefiero hacer posts cortos y siempre me paso de la raya. Así que reanudaré este tema en el próximo post, que la cosa promete, verdad?
 
Ahora dejo la quinta entrega del caso ébola en España que quizás ofrezca alguna pista.
 
 

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