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lunes, 29 de septiembre de 2014

El nombre de las cosas (2ª parte)

  concierto para viola en sol mayor de telemann
 
Disculpad. No puse en link a la carta de Reig Pla. En este enlace la leeréis.
 
De los tipos de reacciones ante esta noticia contaba que eran tres, pero hoy me he encontrado la que faltaba. Están los a favor y los en contra. De los que están a favor, que son "buenos católicos", los hay incondicionales, siendo el obispo para ellos un héroe épico, y los críticos. De los que están en contra, los hay moderados en los modos, siendo éstos "católicos de base", y los que están furibunda y desaforadamente en contra. Éstos últimos son los homosexuales y los partidos más de izquierdas. Los peperos guardan silencio sepulcral, nunca mejor dicho. Y los sociatas han hecho una carta que mejor no haberla hecho y guardan un silencio discreto pues últimamente andan un tanto engreidetes.
 
Hay quien dice alarmado que después de las elecciones será cuando el PP aprobará esta reforma. El presidente y la vicepresidenta no cierran la puerta, pero es como ir poniendo la zanahoria delante del burro para que avance y nunca la alcanza. En ese sentido, argumenta el PP que la situación delicada de España no está para soportar más divisiones ante la falta de consenso para esta reforma. Solo cambiarán el detalle de que las menores de edad informen a sus padres y antes de fin de año el Gobierno presentará un plan de apoyo a la familia (sic). Y seguirán trabajando el tema.
 
 
En fin, que salvo un par de obispos estrella, la CEE volverá a recomendar el voto como siempre lo ha hecho y los demás lo han entendido con tal de no favorecer el declive de lo viejo y el auge de lo nuevo. "Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz" (Lc 16, 8). Sin embargo, "el vino nuevo, en pellejos nuevos" (Mc 2, 22). "Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas" (Mt 10, 16). Pero es lo que digo, los católicos que intentan hacer caso a estas palabras, creo que se pasan de listillos. Antes se traducía por "astutos como serpientes" y en esta traducción dice "prudentes". A ver si evolucionan con el cambio de matiz.
 
Y por si no fuera poco, el señor Obispo estrella llama entrecomilladamente "microbios" a los LGBTQ. Es comprensible, aunque no se comparta, que el señor Obispo lo vea de esa manera. Ese es el único "insulto" propiamente de la carta. Un insulto metafórico y eufemístico. Ante esto, con el orgullo herido saltan los que no tienen nada que criticar ni dialogar y se dedican directamente al acoso y derribo.
 
Este hombre está siendo salvajemente sincero y sinceramente salvaje, no de balde llama a su carta como la llama. Habría que aconsejarle, y no soy nadie, meditar sobre varios asuntos: la falsedad de la lucha del Bien contra el Mal, la parábola del trigo y la cizaña, el amor al enemigo y lo del Sacrificio por Amor de Cristo por cada uno de los hombres.
 
El señor Obispo dirá que eso ya lo ha hecho, como el joven rico.
"Dícele el joven: "Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?" Jesús le dijo: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme." Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes". (Mt 19, 20-22)
 
¿Qué nos diría Jesús para ser perfecto? Despójate de tus esquemas y de tus saberes humanos, aún los académicos en Teolología, y sígueme, Ama. Si lo dijera Jesús, más de uno se iría triste. Pero si lo digo yo, se pillan un rebote de muy padre y señor mío.
 
Las palabras de Reig Pla, de las que los "buenos católicos" estarían de acuerdo, se dicen bajo un presupuesto: primero la verdad y luego el amor. Pero si anteponemos la verdad al amor, esa verdad no da el verdadero conocimiento. Éste lo da precisamente el Amor. Si no amamos primero no conocemos y si no conocemos, no amamos. Y quedamos encerrados en un bucle. Así pues, a la luz de que del amar destila la verdad, deberíamos meditar esos asuntos que decía antes.
 
Lo que ocurre es que de esta propuesta están todos en contra, tanto los que están a favor como los que están en contra de la carta de Reig Pla.
 
Para terminar de comentar el primer punto de la carta, permitidme un chascarrillo. Es el detalle de las siglas LGBTQ. No sabía esta novedad y se ve que el señor Obispo está bien puesto al día.
 
Hasta ahora las siglas eran LGTB. Ahora, parece que los bisexuales avanzan una posición y los queer se suben al carro. Sobre lo primero, se ve que están "saliendo muchos del armario" y van siendo más de lo estimado. Sobre lo segundo, me es sorprendente en gran manera.
 
El año pasado vi un programa dedicado a Beatriz Preciado en la 2, la cual es una de las abanderada del pensamiento queer. Se puede ver en este enlace. Es un pensamiento post-género dejando atrás la ideología.
 
Una cita de Beatriz dice:
El movimiento “queer” es post-homosexual y post-gay. Ya no se define con respecto a la noción médica de homosexualidad, pero tampoco se conforma con la reducción de la identidad gay a un estilo de vida asequible dentro de la sociedad de consumo neoliberal. Se trata por tanto de un movimiento post-identitario: “queer” no es una identidad más en el folklore multicultural, sino una posición de crítica atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria.
 
Así pues, no sé qué hace la Q en esas siglas. Deben ser queers que no saben lo que son o los LGTB que tienen ansia por poseer y uniformar a todo el mundo, llegando a ser LGBTTQH. Se reduce todo así a identidades y etiquetaciones en el folklore multicultural, como dice Beatriz.
 
Pasemos al punto 2. A Pedro Sánchez el Breve, el increíble Hombre Menguante, el vino malo viejo embotellado como bueno, le ha escrito una carta Zerolo en la que solo ha puesto la firma, ese de cara difícil que ha pasado a ser guapo. Me niego a ilustrar el post con una foto suya, como tampoco de su oponente, el oponente del oponente.
 
Habla de insultos y descalificaciones a gogó, de odio y le dica al señor Obispo lo que es bueno y malo para la Iglesia, rematando con una frase típica tópica del laicismo. Dice que agrede, que mejor el talante del Papa Francisco y le dice lo que tiene que hacer.
 
Jopé! Qué tolerancia tiene el tipo! Eh? No admiten otras consideraciones y van de salvadores del mundo y, lo que es más gracioso, de la Iglesia. Le tengo que decir a la persona humana esa que el señor Obispo estrella no siente odio. Quizás pena y lástima con un poco de temeraria chulería, pero no odio. Lo que ocurre es que siempre hay un roto para un descosido y viceversa.
 
Eso sí, al increíble Hombre Menguante no le "exijo" amor. Le puedo pedir, tanto a él como a los LGBTTQH tolerancia y, sobretodo, menos autocompasión e hipersensibilidad. Esto les hace ver cosas que no son, decir siempre las mismas cosas que no van a ningún lado y reaccionar de una manera un tanto estúpida para los diferentes a ellos con los que también tienen que convivir.
 
El señor "vino malo con etiqueta nueva" le podría haber hecho una crítica más acertada como que ha usado demasiados eufemismos y no ha llamado a todas las cosas por su nombre.
 

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