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domingo, 28 de septiembre de 2014

El nombre de las cosas (1ª parte)

  como un idiota - yo y mis circunstancias
 
Y volvió a hablar y la volvió a liar. Es lo que quiere el papa Francisco I. He estado viendo las reacciones y las hay a favor, las hay críticas y las hay desaforadamente en contra. De hecho, si no fuera por estos últimos, a casi todos los creyentes se nos hubiera pasado inadvertida esta manifestación del señor Obispo.
 
Lo cierto es que con ocasión de que el Pisuerga pasa por Valladolid, el buen hombre se despacha a gusto.
 
 
Los que están a favor puede que piensen lo mismo que los críticos, pero unos hacen más hincapié en lo novedoso y bueno del asunto y los otros hacen hincapié en defectos de forma y fondo.
 
El señor Obispo ha escrito una carta, como la hubiera escrito yo. No es en modo alguno un documento pastoral ni magisterial. Es la opinión del obispo a título personal. No sé hasta qué punto falta a la prudencia o a la compostura. Pero en todo caso, el que "haga lío" está bien. Puede ser que se abra un camino más natural a la sociedad de hoy de comunicación de la Jerarquía con el laicado. Provoca debate, análisis y crítica, conversaciones, espacios en los mass media,...
 
Si hay algo que caracteriza a este hombre es que es pasional. No lo digo ni como virtud, ni como defecto, ni como justificación. Pero si se hubiera detenido y hacer un documento oficial sesudo y profundo, nadie de nosotros lo hubiera leído o, al menos, los "buenos cristianos" se sentirían más obligados a asentir acríticamente y a defender el documento a piñón fijo.
 
Lo que algunos podríamos decirle es que "tarde piaste". La interrupción de la ley en su fase no-nata quizás a abierto los ojos a algunos y, de entre ellos, se les ha hinchado la nariz a los más desengañados (ex-forofos). Lo de que el PP y el PSOE practican una política neoliberal en materia económica y social es algo sabido desde siempre.
 
¿Por qué la Jerarquía de la Iglesia Católica en España no han hecho mención a ese hecho, alentando a católicos comprometidos a meterse en política desde el PP, cuando hay multitud de documentos papales que condenan esa corriente filosófica y política? Pues a algunos nos parece que eso forma parte del misterio de la iniquidad. Ya decía el papa Francisco I que los obispos no se obsesionaran con los temas del "homomonio", el aborto y todas esas cosas a las que estamos acostumbrados por la época Rouco.
 
¿Por qué se ha fomentado ese sectarismo hacia el líder del PP de turno (de momento han habido dos) análogamente a la papolatría, también de moda? Respondo lo mismo. A los que hemos estado "clamando en el desierto" nos resulta misteriosamente inicuo.
 
En la 2, a mediodía, vuelven a emitir retales comentados de NO-DO. Esta semana oí lo siguiente: "con el apoyo de la Iglesia al régimen de Franco, España se convierte en el santuario más grande del mundo". Quien se haga cargo de la gran carga en profundidad de esas palabras, verá que, desde los casi 40 años que llevamos con el régimen del 78, la Santa Iglesia ha estado cometiendo los mismos errores. Eso no nos viene de nuevo. S. Agustín ya decía que la Iglesia era una casta meretrix.
 
A ver esos datos sobre el aborto en España:
 
 
Vemos que desde 2007-2008 hay un cambio de tendencia descendiendo la tasa entre las más jóvenes, menores de 24 años. Sin embargo, siguen en aumento en edades superiores a los 25 años. ¿Cuál es el efecto de la ley Aído? ¿Cuál sería el efecto de la reforma Gallardón? Nin-gu-no. Entonces, ¿por qué tanto interés en reformar la ley del aborto? Me parece absurdo y ridículo. Los que "predicamos en el desierto", esto también nos parece inicuamente misterioso.
 
Si queremos reducir el número de abortos, ¿por qué no hacer una ley de apoyo a las mujeres embarazadas y madres solteras, dejando de lado discusiones jurídicas que al común de los mortales nos parecen inútiles? Pues voy a responder: porque esta segunda opción cuesta dinero. Es más fácil maquillar y seguir siendo encantador de obispos y pro-vidas que el apoyo del Estado a los ciudadanos en situaciones difíciles.
 
Y todo un señor Obispo nos dice que "la reforma de la ley del aborto que pretendía “limitar” cuantitativamente el “holocausto silencioso” que se está produciendo". Primero, nos viene con eufemismos. Y segundo, ¿le decimos "tararí que te vi" o le hacemos una pedorreta?
 
Luego nos dice que el Gobierno ha incumplido su programa electoral. ¿Se ha caído ahora del guindo? ¿Todo este tiempo ha estado de espaldas a la realidad política y social de este país? La verdad es que no sé cómo salvarle el culo.
 
Y para acabar el primer punto de la carta, dice:
"el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e “infectado”, como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ".
 
No salgo de mi asombro. Lo de liberal, lo que he dicho antes. Lo del feminismo radical, pues no sé que pensar. Me parece que se ha pasado de frenada. Y lo de la ideología de género, ¿de verdad pensaba que el PP era una excepción? Me parece increíble.
 
En fin, a buenas horas, mangas verdes, pero más vale tarde que nunca. Extralimitado, pero pasional y armando lío. Unas cosas por otras. jeje A la siguiente mejor.
 
 
Nota: está previsto que haya segunda parte. Espero que llegue.
 

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